A un lado de la carretera BU-530 entre Trespaderne y el Valle de Tobalina, encontramos la localidad de Lomana, y al fondo del pueblo, sobre un alto se divisa una poderosa edificación, la Torre de los Bonifaz con más de 500 años de historia.

La torre de Lomana es una casa fortificada construida por Alonso Bonifaz, descendiente del famoso almirante Bonifaz, durante el reinado de Juan II, en la segunda mitad del S. XV.
Tiene base rectangular de aproximadamente el doble de largo que de ancho, con muros que sobrepasan por poco el metro de grosor. Sus esquinas están rematadas por cubos macizos, todos ellos iguales excepto el de junto a la puerta, que es más grueso, por ser un punto muy vulnerable al tiempo. Toda la torre es de mampostería, excepto los vanos que son de sillería de calidad.
Su tejado o terraza ha desaparecido, así como sus almenas, por lo que se sabe que alcanzó varios metros más de altura.
El edificio tenía dos pisos y una planta baja, donde además de la puerta de entrada de 1,80 por 2,85 metros se abre un portillo de arco al Este. En el extremo superior de esta planta tiene ventanas fusileras que, por su colocación y forma, hay que considerarlas posteriores, seguramente de las guerras carlistas.
Como en los castillos el primer piso fue la vi¬vienda de sus dueños por lo que era el más lujoso. En la última planta vuelven a repetirse los tipos de ventanas del primer piso, con una novedad, en la vertical de la puerta destaca una ladronera en perfecto estado de con¬servación, se trata de un interesante balcón que servía para la defensa vertical de la zona situada bajo ella, en este caso la puerta de entrada.
Se han encontrado restos alrededor de la Torre por lo que se supone que debía estar cercada, en su interior existe un pozo, que como en otros de la zona, cuentan las leyendas que comunicaba con el Castillo de Frías.
Alonso Bonifaz, primer propietario de la Torre, “sirvió en la batalla de Toro… con seis de a caballo a su costa por llamamiento general que dichos Reyes hicieron de los hixos dalgo de Castilla”. Se afirma, además, que “de ordinario tenían en su torre de Lomana tres cauallos y tres escuderos encaualgados… y dos azémilas y vna mula de silla …”.